Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que te complaces haciendo tu morada en el corazón de los hombres; te damos gracias por haber hermoseado a la Venerable María Felicia con el fuego de tu amor, impulsándola a gastar su juventud en el apostolado laical y en la inmolación en la vida contemplativa. Te alabamos y bendecimos, porque, con su ejemplar figura, nos manifiestas tu bondad de Padre y Amigo, y las ilimitadas exigencias del verdadero amor. Te rogamos nos concedas por su intercesión, la gracia que ahora te suplicamos, si es para tu mayor gloria y bien de las almas. Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario